En la anterior publicación pudimos darnos cuenta cómo nos vemos a través de la santidad, justicia y rectitud de Dios, por medio de lo que nos dice en su Palabra:
A cerca de Él mismo:
“Soy santo, justo y recto. Muy limpio de ojos para ver el mal, más el alma que pecare, esa morirá”… Jos 24:19, Hab 1:13, Ez 18:4c (Paráfrasis).
Y, a cerca de nosotros dice:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”… Ro 5:12… RV60.
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”… Ro 3:10 y 23… RV60.
Esto nos deja ver que la condición del ser humano delante de Dios es el de ser PECADOR!
Por lo tanto el pago que tenemos que dar por practicar el pecado, hacer nuestra voluntad y no la de Dios, es la muerte espiritual, en esta vida, esto es, no poder ser guiado por Dios, ni tener comunión con Él. Y, al morir, pasar la eternidad en el lago de fuego, es decir, en el infierno!
Dios, al ver que no hay nada que el hombre pueda hacer para salvarse, envió a su Hijo al mundo, para resolver este problema al género humano.
Él, en un acto de amor infinito, e incomprensible, entregó a su Unigénito para que pagara por nuestros pecados, de esta manera el seguiría siendo justo pero a la vez nos libraría de la muerte eterna por nuestra naturaleza pecaminosa y nuestros pecados.
Desde la caída del ser humano, representado en Adán y Eva, Dios no tuvo en mente otro redentor que no fuera su Hijo encarnado. A Él se le conoce como “… El Cordero que fue inmolado”… Ap 13:8a… RV60, porque dice en su Palabra que: “No hay perdón de pecados si no hay derramamiento de sangre”… He 9:22 DHH. Dios ha usado la sangre como un recordatorio de que nuestros pecados han producido muerte en nosotros.
En el Antiguo Testamento sacrificaban animales por la mañana y por la tarde. Esto se hacía para la expiación de los pecados del pueblo de Dios. Estos sacrificios, hechos bajo el Antiguo Pacto, fueron un símbolo de lo que habría de suceder con la venida de nuestro redentor: Jesús, el verbo encarnado, derramaría hasta la última gota de su sangre, en la cruz, por los pecados del mundo… “Juan vio a Jesús, que se acercaba a él, y dijo: Miren, ése es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”… Jn 1:29… DHH.
La muerte espiritual llegó a la raza humana por medio de un hombre, por lo tanto Dios proveería la salvación de la misma por medio de otro hombre: Jesucristo… “Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos”… Ro 5:19… NVI.
El primer ser humano creado por Dios para glorificarle había fallado, por tal motivo debería haber otro hombre que iniciara una nueva raza para tener esa comunión eterna con Él. El segundo Adán: Jesucristo… “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo”… 1Co 15:47… RV60.
El Hijo de Dios era el único que podía pagar tal deuda porque solo la vida de Dios es lo suficientemente valiosa para comprar a toda la raza humana… “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”… 1Jn 2:2… RV60.
Si bien Jesús nació de una mujer… “Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”… Ga 4:4b y 5… RV60, fue concebido por el Espíritu de Dios… “he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”… Mt 1:20b… RV60. A esto se le llama la “Encarnación”… “Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. Aquel que es la Palabra habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros”… Jn 1:1 y 14… TLA.
Para qué vino el Hijo de Dios, en forma humana?
Primeramente para destruir las obras de Satanás… “Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo”… 1Jn 3:8b… DHH.
Y también vino para hacer posible que dejáramos nuestra antigua naturaleza pecadora, heredada de Adán y nos volviéramos a Dios, formando parte de la familia celestial.
Como el primer hombre, Adán, fue tentado, el segundo hombre, Jesús, debería ser tentado. Es por eso que vino en naturaleza humana, ya que como Dios no podía ser tentado por el mal… “Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”… Stg 1:13b… RV60. Solo el ser humano puede ser tentado.
Jesús fue tentado en todo pero nunca se dejó vencer por el pecado… nunca pecó… obedeció a Dios en todo.
En 1 Co 15:45 a Jesús se le llama “El postrer Adán” porque vino a quitarle la autoridad al enemigo que el primer Adán le había entregado cuando tomó la decisión de desobedecer a Dios.. Dicho en otras palabras Jesucristo vino a deshacer las obras del diablo. Adán desobedeció a Dios, Jesús obedeció a Dios en todo… fue obediente hasta la muerte… “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”… Fil 2:8… RV60.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él… 2Co 5:21… RV60.
Esa obediencia que lo llevó a exhalar hasta el último aliento de vida, fue lo que consumó su obra redentora aquí en la Tierra.
Dios le había entregado la mayordomía (Gobernar) de la Tierra a Adán… y adán, al desobedecer a Dios, obedeciendo al Diablo, se la entregó a éste… Por ello a Satanás se le llama el príncipe de este mundo. Además de haber perdido su comunión con Dios y ganado la muerte eterna en el lago de fuego.
Y, Jesucristo, a través de su obediencia y sacrificio de sangre recobró la autoridad de Dios, dada a Adán, sobre la Tierra… quitándosela al enemigo… “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz; para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.”… Col 2:15 y He 2:14… RV60.
Pero no solo le fue otorgada la autoridad (Potestad) sobre la Tierra sino también en el cielo y debajo de la Tierra… “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”… Mt 28:18… RV60.
Jesucristo resucitó al tercer día y regresó con poder y autoridad absoluta sobre La Tierra, y todo cuanto en ella hay. Él es el representante de Dios en la Tierra. Y esta autoridad Jesucristo nos la ha entregado a todos aquellos que lo hemos reconocido como nuestro Señor y Salvador… “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”… Ef 1:7… RV60, para combatir las obras del diablo y extender el Reino de Dios hasta los confines de la Tierra… “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”… Jn 1:12 y Lc 10:19… RV60.
Para que reconozcamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador es necesario conocer las buenas nuevas del Evangelio: “La obra redentora de Jesucristo aquí en la Tierra, a través de su sacrificio de sangre, para la redención de nuestros pecados”… “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”… Mr 16:15-16… RV60.
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