Como comentamos en la publicación anterior, Jesucristo vino a tres cosas:

–         Traer el Reino de Dios a nosotros.

–         Darnos a conocer al Padre.

–         Redimirnos de nuestros pecados con su sacrificio de sangre.

 

Aquí veremos la primera de ellas.

  1. Jesucristo vino a traer el Reino de Dios a nosotros.

Dicho en otras palabras, Él vino a ser el puente que volviera a unir al hombre con Dios Padre, por medio de su muerte. Por eso en la Biblia dice que Jesucristo es el SUMO PONTÍFICE (Sumo Sacerdote –Puente-):

“Y Dios lo nombró Sumo sacerdote de la misma clase que Melquisedec.”  6:20… DHH… “Donde antes entró Jesús para abrirnos camino, llegando así a ser Sumo sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.” (He 5:10… DHH)

Y solo Él es quien puede acercarnos (Ser ese puente) a esa comunión con Dios, ningún ser humano puede lograr esto; porque si así fuera Dios no hubiera sacrificado a su Único Hijo!

“Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.” (Jn 14:6… DHH)

 

La ley y el reino de Dios.

«La ley y los profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se anuncia la buena noticia acerca del reino de Dios, y a todos se les hace fuerza para que entren.” (Lc 16:16… DHH)

“Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan.

Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey y que hagan, lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.” (Mt 6:31-33… BLA)

 

“Desde entonces, Jesús comenzó a decirles a todos: Vuélvanse a Dios, porque su reino se va a establecer aquí.” (Mt 4:17… BLA)

“En su proclamación decía: Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!” (Mt 3:2… DHH)

 

La mala hierba y el trigo.

«Jesús les puso este otro ejemplo:

En el reino de Dios sucede lo mismo que le pasó a uno que sembró, en su terreno, muy buenas semillas de trigo.Mientras todos dormían, llegó su enemigo y, entre las semillas de trigo, sembró semillas de una mala hierba llamada cizaña, y después se fue.

Cuando las semillas de trigo produjeron espigas, los trabajadores se dieron cuenta de que también había crecido cizaña. Entonces fueron a donde estaba el dueño del terreno, y le dijeron: Señor, si usted sembró buenas semillas de trigo, por qué también creció la cizaña?

El dueño les dijo: Esto lo hizo mi enemigo.

Los trabajadores le preguntaron: Quiere que vayamos a arrancar la mala hierba?

El dueño les dijo: No! El trigo y la cizaña se parecen mucho, y a lo mejor ustedes van y arrancan el trigo junto con la cizaña. Mejor dejen que las dos plantas crezcan juntas. Cuando llegue el tiempo de la cosecha, podremos distinguir cuál es el trigo y cuál es la cizaña.

Entonces enviaré a los trabajadores para que arranquen primero la cizaña, la amontonen y la quemen. Luego recogerán el trigo y lo llevarán a mi granero.” (Mt 13:24-30… BLA)

 

Cuándo comenzará el reino de Dios?

«Cuándo comenzará Dios a reinar aquí?

Jesús respondió: El reino de Dios no es algo que pueda verse. Tampoco se puede decir: Aquí está! o Allí está! Porque el reino de Dios ya está entre ustedes.” (Lc 17:20-21… BLA)

 

«Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron por qué hablaba a la gente por medio de parábolas.

Jesús les dijo: A ustedes yo les permito conocer los secretos del reino de Dios, pero no a los demás. Por eso les hablo por medio de parábolas; porque ellos miran, pero no ven; escuchan, pero no oyen ni entienden.

Así se cumple en ellos lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías:

Esta gente, por más que escuche, nunca entenderá; y por más que mire, nunca verá. Pues no aprende ni piensa, sino que cierra los ojos para no ver, y se tapa los oídos para no oír. Si hiciera lo contrario, entendería mi mensaje, cambiaría su manera de vivir, y yo la salvaría!” (Mt 13:10, 11 y 13… DHH y BLA)

La raza humana siempre estamos de tendencia a la maldad.

Pero Dios, en su infinito amor, no quiere que ninguno se pierda sino que todos procedamos al arrepentimiento…

 

No seamos uno de ellos y, rectificando nuestra manera de vivir, contraria a la voluntad de Dios Padre, volvámonos a Él, cruzando a través de ese puente que nuestro Dios a puesto (Jesucristo) para unir su Reino, nuevamente, con nosotros, la raza humana; y así vivir eternamente a lado de nuestro Señor… DLB.