Para ésta publicación me apoyaré en el libro: «Manual de interpretación bíblica» -Descubriendo la Palabra de Dios-, del Autor: J E. H. ya que considero la información de éste libro veraz y sumamente valiosa.

EL PRINCIPIO DE LA DESCRIMINACIÓN
Definición.
Este es el principio por el cual se usa bien la Palabra de verdad, haciendo un claro realce entre las cosas que Dios distingue como diferentes.
NO USAR LA DESCRIMINACIÓN CONDUCE A LA CONFUSIÓN.

Diferencias entre LAS CRIATURAS DE DIOS y LOS HIJOS DE DIOS.
Aquí la palabra “criaturas” se refiere a los seres humanos como creación de Dios.

1.- No tomar en cuenta esta diferencia conduce al error.
Resulta en la predicción de la paternidad divina universal y la fraternidad de todos los hombres.
No todos son hermanos, y Dios no es Padre de todos.

2.- Todos son creación, o criaturas de Dios, pero no todos son sus hijos.
La palabra “linaje”, en Hechos 17:29, designa al hombre como hechura del poder creativo de Dios, no como su hijo.
La palabra “todos”, en Gálatas 3:26-27, se refiere a los creyentes en Cristo.

3.- Somos criaturas de Dios por medio de Adán.
Él es la cabeza de la raza humana. Toda raza está incluida en la creación de Adán. Todo ser humano desciende de él (Ro 5:12 y 1Co 15:45).

4.- Llegamos a ser hijos de Dios por medio de la regeneración.
No por medio del nacimiento natural, sino por el nuevo nacimiento (Jn 1:12, 3:16 y Ga 3:26).

5.- El estado de Criatura se origina en la creación.
El estado y los derechos de “hijos” proceden de la nueva creación, esto es, un proceso distinto.
Dios hizo un solo hombre, y le dio poder procreativo, es decir, de la multiplicación. Y, desde entonces, Dios no ha creado otro ser humano. Todos nacen por la propagación humana.
Pero después del pecado de Adán y Eva, nacemos con la naturaleza de ellos dos, naturaleza caída (En pecado), y no a semejanza de Dios.

6.- La criatura de Dios está bajo el pecado.
En Adán todos creyeron y se sujetaron al poder de la muerte y de la ruina. Este es el caso de todo descendiente de Adán.

Un pecador no puede engendrar un hijo sin pecado. La criatura humana es por naturaleza desobediente, sensual, diabólica, nacida de la carne y sus deseos son contrarios a los de Dios (Ro 8:7).

7.- El “hijo” de Dios es el que ha renacido.
Participa de la naturaleza de Dios, y ya no está ligado con el Adán de la raza natural, sino con Cristo y la nueva creación.
Está libre de la ira de Dios, y está bajo el favor divino (Ro 8:1 y 34).

8.- Adán era la cabeza de toda la creación, y Cristo es la cabeza de la nueva creación.
Cuando una criatura de Dios cree en Cristo, pasa a ser hijo de Dios.

9.- El Señor es el Dios de todos los hombres.
Es creador de todos, pero Padre solo de los hombres salvos por la fe en su Hijo Jesucristo (Jn 1:11-12).

10.- Nicodemo llamó a Cristo “Maestro”, sin reconocer su deidad.
Cristo no contestó su pregunta, sino que le reveló su necesidad.
Esperaba que Nicodemo entendiera la verdad del nuevo nacimiento, registrada en Ezequiel 36:25-27, porque Nicodemo era un maestro instruido en las Escrituras del Antiguo Testamento.

11.- El hombre (El género humano) es salvo por la fe.
No por su membresía en la iglesia, por su buena conducta, por aceptar un credo, por su carácter intachable, ni por cosa alguna, sino por la fe en Cristo, como Salvador personal (Ga 3:26 y Tit 3:5, no por mérito humano alguno, ni por esfuerzo propio, ni por alguna otra cosa).
El único carácter que le place a Dios es el que manifiesta lo que Dios ha hecho en la vida del creyente en Cristo Jesús (Jn 3:16; Ro 8:17 y 2P 2:14).

Por nacimiento somos miembros de una raza alejada del Señor.
Ni una sola cosa que el hombre haya hecho puede hacerle “hijo” de Dios.

12.- Cuando la criatura de Dios se convierte en hijo de Dios, se hace miembro de la hermandad (Ga 6:10).
Pertenece a “la familia de la fe”. Esta es la hermandad espiritual; la única “fraternidad” que vale la pena en este mundo.

Todo este conocimiento nos irá alumbrando el entendimiento y nos irá sacando del error de que Dios es nuestra “Lámpara de Aladino”… DLB.